El culto litúrgico al Santísimo Sacramento tiene su puesto sobre todo en la misa, que por eso actualmente se va denominando “eucaristía”. En las iglesias y los ritos orientales eso casi llega a exclusividad. Mientras que el Occidente católico se ha enriquecido con un amplio y esplendoroso desarrollo de la devoción al mismo. Un fenómeno predominantemente seglar y popular aunque ha llegado a abrirse camino también en la liturgia. Esa índole había de llevar consigo una presencia muy acusada del mundo confraternal, hasta el extremo de llegarse a una tipología propia de cofradías. En el siglo XIV se fundaron muchas eucarísticas.
En1246, se instituyó en la diócesis de Lieja la fiesta del Corpus Christi, respondiendo a las instancias de santa Juliana del Mont Cornillon, a consecuencia de una revelación. Urbano IV la extendió a la iglesia universal en 1264.
Después del Concilio de Trento, se llegó a una preferencia pastoral por esa manera de piedad, siendo las cofradías su principal instrumento. En 1583 instituyó una en su catedral de Milán, San Carlos Borromeo. Entonces ya habían pasado cuarenta y cuatro años desde la fundación en Roma de la cofradía de la Minerva, a la que estuvieron llamadas a agregarse todas las de la cristiandad.
La citada "Confraternidad o Compañía del Santísimo Sacramento", surgió el año 1538, en la iglesia de Santa María sopra Minerva, cuyo nombre era un recuerdo de la ubicación anterior de un templo pagano a la diosa de ese nombre. Los fundadores fueron el dominico Tomás Stella y un grupo de devotos. Desde el principio se preocuparon de la extensión de su culto a las demás iglesias de la Urbe.
Un capítulo trata De la celebración de la misa y la procesión todos los terceros domingos de mes y de la general en la fiesta del Cuerpo de Cristo, a saber: “Todos los hermanos de la Cofradía, tanto varones como mujeres, que se vayan sucediendo en el tiempo, están obligados durante todo el año, los terceros domingos de mes, a reunirse en la iglesia de la misma, y celebrar en ella una misa, cantada o rezada, teniendo en la mano una vela desde la elevación hasta la comunión del celebrante. Y en todos esos terceros domingos, y en el viernes siguiente a la fiesta del Cuerpo de Cristo, harán una procesión solemne fuera de la iglesia de la Minerva y en torno a ella, honrando al Santísimo Sacramento con velas encendidas. Y puesto que en esos terceros domingos es conveniente que el altar esté adornado con colgaduras, los Trece se turnarán en el cometido de adornarlo a su discreción. El viernes de la octava el cuidado de la iglesia estará a cargo de todos los oficiales y administradores salientes, quienes procurarán que la misa sea pontifical”.
Esta función se generalizó en el mundo católico, recibiendo el nombre de “Minerva”. Algunas cofradías sacramentales toman de ella su nombre.
Esa devoción al Santísimo tuvo y mantiene dos líneas, por una parte lo exterior e incluso esplendente, por otra lo íntimo y silencioso. Las mayores manifestaciones de la primera son las procesiones del Corpus y los congresos eucarísticos. La segunda ha llegado incluso a caracterizar algunas congregaciones religiosas, hasta en su denominación, y también a cofradías llamadas de vela.
Las cofradías sacramentales y la Minerva
Interior de la iglesia de Santa María sopra Minerva de Roma
Cofradía del Santísimo Sacramento. C/ Corpus, 13. 40300 SEPÚLVEDA (Segovia). info@minervaensepulveda.org
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